La hija de Robert Poste
Stella Gibbons
368 páginas
Traducción de José C. Vales
Una joven británica de finales del primer cuarto del siglo XX queda huérfana y decide ir a vivir al campo con unos parientes lejanos, un tanto huraños y asociales y dominados por una matriarca. Ella se dedicará a solucionar problemas, a emparejar a algunos de sus primos, a enviar lejos a otros. Salvando las distancias me ha recordado en parte a Emma de Jane Austen, por esa necesidad de solucionar la vida de los demás para no aburrirse. El transcurso de la trama es bastante previsible, a medida que avanzan las páginas todo sucede según lo que el lector espera.
Más que el argumento, desde mi punto de vista, es la intención satírica y humorística de la autora con respecto a esos tipos sociales superficiales y a la vez inocentes, lo que destaca en el libro. Pero no es una obra fácil de recomendar, más que a aquellos que tienen debilidad por el british style.
Me gustaría hacer mención a la labor del traductor, ya que la autora parodió en algunos pasajes el recargado estilo de algunos autores de su época y hubiera sido difícil apreciarlo de no ser gracias al esmero de la traducción.