Una lectora nada común
Alan Bennet
Traducción de Jaime Zulaika
128 páginas
El azar objetivo vuelve a hacer de las suyas. Una amiga me pasa un artículo
sobre libros que tiene a lectores como protagonistas y uno de ellos lo
encuentro esa misma semana en uno de los stands de la Feria del Libro.
¿Qué pasaría si la reina de Inglaterra descubriera la afición por la
lectura y comenzase a descuidar otras actividades que hasta ahora aceptaba sin
problema? ¿Si el interés por la lectura no le hiciese guardar las formas y
comenzase a hacer preguntas incómodas? ¿Si todos los que la rodean, incluidos
los súbditos, no estuviesen de acuerdo con el nuevo entretenimiento de la
soberana e incluso pensasen que se debe a que estaba senil?
Un pequeño divertimento que se lee muy rápido y da que pensar. Si los que
ocupan puestos de responsabilidad o poder leyesen algo más tal vez las cosas
serían de otra manera.
Tanta sort que les coincidències duen coses bones. Me l'apunt! Veig que tens Paradise Postponed a la tauleta. Esper que el disfrutis, jo el vaig llegir fa molt temps i en tenc un bon record.
ResponderEliminarUn blog literari molt anglòfil... m'agrada.
Imma, gràcies pel teu comentari. L'anglofília continúa.
ResponderEliminarPues me haré con este libro enseguida porque tu conclusión es algo que he pensado yo muchas veces. Es obvio que los que ostentan el poder apenas leen (salvo excepciones) y lo peor es que quienes ejercen de súbditos de muchas maneras tampoco lo hacen, porque leer -mucho y bien, claro- les impediría seguir siéndolo.
ResponderEliminarMolina de Tirso, en la novela queda patente que si los que están arriba leyeran todo el sistema temblaría.
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