Una educación
Tara Westover
472 páginas
Traducción de Antonia Martín Martín
Menuda historia dura. Cuando la estás leyendo, pese a que está clasificada como novela, no pierdes de vista que se trata en realidad de una autobiografía.
La autora creció en el seno de una familia mormona radical, en Idaho, en la que se prohibía a los hijos ir al colegio o al médico. El padre estaba obsesionado con la inminente llegada del fin del mundo y el ambiente estaba cargado de violencia física, verbal y psicológica.
Si se saltaba algún precepto o norma familiar o religiosa, Tara tenía la sensación de estar sucia, lo único que le permitió avanzar fue la educación.
La historia no tiene desperdicio y demuestra por enésima vez que la ignoracia es uno de los enemigos más poderosos del ser humano.
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