Con la que está cayendo y lo que se avecina, podría hablar de la mala gestión de los políticos, del pagar unos las incapacidades o errores de otros, etc, etc, etc. Pero la pregunta que me hago es si realmente la sociedad es tan mediocre que no es capaz de emocionarse por nada que no sea su bolsillo, que prefiera la comodidad de la rutina y sea incapaz de empatizar. Me encuentro, no con una frecuencia abrumadora, es cierto, con gente rebosante de inquietudes, que ve más allá de sus narices, gente original, intensa, con ganas de actuar, gente apasionada, con ideas, pero por lo que veo a mi alrededor, y entono un mea culpa, yo también me incluyo, por desgracia la suma de apasionamiento o no se da o el resultado es mediocridad. Nadie es capaz de liderar algo nuevo, algo apasionante, algo comprometedor. Podríais decirme que sí, que hay colectivos que se mueven en esa dirección, puede ser, tal vez necesitan más tiempo de maduración, pero por ahora y a nivel general como sociedad no lo veo, abunda la falta de mérito. Lo que percibo es un aletargamiento social, un mirar hacia otro lado, un perpetuarse en el error, en el individualismo y en la rutina de virgencita, virgencita que me quede como estoy. Y sobre todo, una enorme falta de sinceridad, de maquillar la realidad a todos los niveles, tanto social, como personal, como politico, como económico, imperando la permanente dictadura de las apariencias. Pero me resisto a caer en la mediocridad, que ya tiene parte de mí cautiva, y por supuesto y más que nada en la mentira.