Sylvain Prudhomme
248 páginas
Traducción de M. Dolores París
Prudhomme recorrió Europa haciendo autoestop durante su juventud y ello le sirvió de punto de partida para escribir esta novela.
Un escritor se retira aun pequeño pueblo para recuperar la inspiración y lo que recupera es una vieja amistad de su época universitaria con un autoestopista. Mientras el escritor ha evolucionado hacia una vida más tradicional y reposada, el autoestopista sigue viajando de esa peculiar manera y siente cada vez más la necesidad de huir, de conocer nuevos lugares y nuevas personas. Es la contraposición entre la libertad y la búsqueda frente a la conformidad y el posibilismo.
Realmente me ha costado conectar con el autoestopista y la novela, pese a su brevedad, se me ha hecho larga.
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