domingo, 18 de octubre de 2009

Carta de una desconocida


Apenas una hora, no llega, es lo que se tarda en leer Carta de una desconocida. Llegué hasta el libro gracias a Regina Exlibris y fue también la excusa para entrar en una joven librería. Tengo conciencia de haber visto la película de los 40, pero apenas un vago recuerdo. El libro simplemente es desgarrador. Que lo narre una mujer en primera persona y que el autor sea un hombre demuestra lo buen escritor que era Stefan Zweig y que los sentimientos no conocen de sexos. No se puede dejar de leer. ¿Pasan estas cosas en la vida real? ¿Un amor en la sombra durante toda una vida que no desfallece nunca? ¿El recuerdo permanente en combinación con el olvido más profundo? Creo que sí. La vida no es justa, pero cada uno la vive como puede.

3 comentarios:

Susana dijo...

Es una historia triste y cruel. No sé si en la vida real ocurren estas cosas, pero desde luego lo que si existe es el amor no correspondido, que siempre es doloroso. Me encanta Zweig y su punto de vista sobre las mujeres (teniendo en cuenta siempre el contexto, claro). El Acantilado ha publicado gran parte de su obra, y como fué muy amplia, casi cada temporada hay un nuevo libro de Zweig en la colección. Para mí, que lo descubrí hace unos años es como si estuviera vivo y siguiese publicando. De sus relatos cortos, mi favorito es "Veinticuatro horas en la vida de una mujer".

Y como sugerencia, la contraportada de "Ardiente secreto":

"Se encontraba en esa edad decisiva en la que una mujer empieza a lamentar el hecho de haberse mantenido fiel a un marido al que al fin y al cabo nunca ha querido, y en la que el purpúreo crepúsculo de su belleza le concede una última y apremiante elección entre lo maternal y lo femenino. La vida, a la que hace tiempo parece que se le han dado ya todas las respuestas, se convierte una vez más en pregunta, por última vez tiembla la mágica aguja del deseo, oscilando entre la esperanza de una experiencia erótica y la resignación definitiva. Una mujer tiene entonces que decidir entre vivir su propio destino o el de sus hijos, entre comportarse como una mujer o como una madre".

abbascontadas dijo...

Zweig escribió muchísimo y era muy popular, aunque siempre cargó con el sambenito de autor menor frente a la pléyade de lumbreras de la literatura en alemás de su época (recuerdo la condescendencia con que lo trata Canetti en sus memorias), lo que no le impidió ser mucho más lúcido que la mayoría a la hora de percibir el desastre que se gestaba a su alrededor.
Hasta el sorprendente rescate de El Acantilado vivió décadas de olvido, a mi hermana también le gusta mucho y le dije, para estupor suyo, que en casa siempre hemos tenido en el salón unas obras completas de Zweig de papel biblia a las que nunca se nos ocurrió echar mano.
Tienes que volver a ver la versión de Ophuls con la inmensa Jane Fontaine de protagonista, a ser posible en cine: en mi inmodesta opinión es el mejor melodrama de la historia del cine (a pachas con Madame de..., también de Ophuls). Hace tres o cuatro años se estrenó una versión china también interesante, dirigida por una mujer (de hecho, también era la protagonista).

Anónimo dijo...

A mí me encantó este libro. Como casi todos los suyos.