viernes, 2 de octubre de 2009

Oasis urbano


Una pausa. Un poco de tiempo y un libro. Diez minutos hasta el jardín. Un banco. Me siento. La madera está tibia del sol de estación de transición. Abro el libro. Lo hojeo. Lo empiezo. Me abstraigo. No oigo nada. Sólo veo las letras. Imagino cosas. Evoco otras. El sol me acaricia. No tengo calor. De repente me desconcentro. Ahora oigo conversaciones de gente que pasa por la calle, el camión de la limpieza, una gaviota que grazna, los frutos del enorme ficus que caen y chocan contra el suelo, las campanadas. Veo cosas, el sol que me deslumbra, las torres de la iglesia, personas que corren, mi reloj. Se acabó la pausa. Regreso con una sonrisa en los labios.

3 comentarios:

Susana dijo...

Me has recordado este artículo de Antonio Muñoz Molina, titulado "Demasiada Felicidad"

http://www.elpais.com/articulo/portada/Demasiada/felicidad/elpepuculbab/20090919elpbabpor_4/Tes

Susana dijo...

No consigo adjuntar bien el enlace. Búscalo en el Babelia del 19/09/2009

Aineta dijo...

Un artículo muy bueno, sobre todo el final: otra casualidad