lunes, 5 de octubre de 2009

Firmin



Después de toparme de forma intermitente con críticas y comentarios favorables sobre la novela de Sam Savage, al final decidí comprármela y debo decir que me ha decepcionado enormemente, no me ha gustado, no he disfrutado, pese a todas sus referencias y guiños literarios, sólo tenía ganas de acabarla para quitarla de en medio. Una rata no puede ser, desde mi punto de vista, un ser entrañable ni adorable, por mucho que le guste leer o que haya nacido en una librería. El bohemio Jerry no me despierta ninguna simpatía, tal vez, aunque de modo superficial la figura del librero, pero poco. Una rata, Firmin, con poco de rata, nacida en una librería, amante de los libros, sabe leer y admira a algunos humanos. Eso es básicamente lo que nos cuenta el libro. Yo no he sabido ver nada más.

2 comentarios:

abbascontadas dijo...

Lo que no se entiende es que después de leer a Shakespeare, Faulkner, Atwood y Fitzgerald, te pongas a leer semejantes chorradas; habrá que decirle a La Gran Lectora que te supervise de cerca (en cuanto se pase a los biberones, al menos) y te ponga a dieta de Proust y James unos meses.

Aineta dijo...

¡No sólo de clásicos vive el lector!