sábado, 26 de septiembre de 2009

El gran Gatsby


Otro libro recomendado por la Gran Lectora y de nuevo una coincidencia en poco tiempo, otro libro de un autor de la Generación Perdida americana. El lector, como el narrador, Carraway, no puede dejar de sentirse fascinado por Gatsby, personaje misterioso, feliz, y de actuación despreocupada, típica de los felices años 20, pero cuyo comportamiento persigue un objetivo, reencontrarse con el amor de su vida, Daisy, y revivirlo. Un feliz verano, fiestas e invitados, con un final trágico de olvido y tristeza. Gatsby alter ego de Scott Fitzgerald, aparente triunfador, pero derrotado perdedor. Nostalgia y melancolía en las noches de Long Island.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Soneto XXII

No logrará mi espejo aventajarme
si tú y la juventud vais de la mano;
mas cuando el tiempo a ti también te marque
sabré que el tiempo a mí ya me ha alcanzado.
Pues toda esa belleza que te viste
es el ropaje de mi corazón:
si él vive en ti como en mi pecho vives,
¿por qué iba a ser más viejo yo que vos?
Es ésta la razón por la que ruego
que cuides de ti, amor, como yo cuido
tu dulce corazón que yo, en mi pecho,
atiendo de los males como a un niño.
Me diste el corazón: si lo reclamas
acabas con el mío y aún te ufanas.

SHAKESPEARE

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Coger el tren

Pasa un tren con una oferta de vida. Tiene buen aspecto, todo te indica que tienes que subir, que lo mejor es aceptar la oferta, pero tú no quieres, algo te dice que no es la oferta que esperas, y las dudas te asaltan, si renuncias ¿haces bien?, si aceptas ¿cómo irá? Muchos se pegarían por tener un billete y poder subir, pero tú que lo tienes, sabes en el fondo de ti que no lo quieres, que estás bien en la estación y que en este momento sólo quieres ver cómo pasan los trenes, que ese destino no es el tuyo, aunque no puedes evitar pensar cómo te iría una vez allí, pero por otra parte, piensas, has llegado a un punto de tu vida en el que quieres evitar en la medida de lo posible hacer cosas que no te apetecen, seguir la ruta sólo porque es lo que toca o porque es lo que parece que tiene que ser, has llegado a un punto en el puedes decidir, renunciar a tomar el tren en el que todo el mundo desea viajar, porque ahora eres feliz en la estación, porque no es tu momento de viajar, porque puedes decidir y decides ser feliz, apaciblemente, y dejas escapar el tren o mejor, dejas un asiento libre para el que lo quiera y lo necesite.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Educar

Según el diccionario de la Real Academia Española educar tiene las siguientes acepciones:
1. tr. Dirigir, encaminar, doctrinar.
2. tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.
3. tr. Desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio, haciéndolas más aptas para su fin.
4. tr. Perfeccionar, afinar los sentidos. Educar el gusto.
5. tr. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.

La primera y la segunda son las que preocupan. Hacer lo correcto, decir lo correcto, enseñar lo correcto, dar buen ejemplo; trazar un camino dejando a la vez libertad para elegir la ruta; proteger sin ser ansiosos y dejar autonomía; guiar sin obligar; sugerir sin mandar. Respeto, libertad, autonomía, bondad, ecuanimidad, responsabilidad, felicidad, … términos llenos de contenido que intentamos transmitir siempre con dudas, con temor a no hacerlo bien. Es duro, asusta, da mucho que pensar, pero es un desafío, un proyecto a largo plazo, gratificante. HIJOS.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Fahrenheit 451


Libro prestado, o perdido o estropeado. Y eso es lo que me pasó con este libro. Lo presté y no recuerdo a quién, y nunca más lo recuperé. No sé qué me llevó a querer releerlo y de nuevo guiada por el azar objetivo encontré por internet un blog que en una de sus entradas hacía referencia al libro y por supuesto tuve que volvérmelo a comprar. Este es un clásico de los 50, de la llamada ciencia ficción distópica, es decir donde se describen sociedades opuestas a las utópicas. En un mundo donde todo está bajo control, recuerda un tanto a 1984 de Orwell, los bomberos no se dedican a apagar los fuegos, sino a quemar libros (Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel). La novela consigue transmitir perfectamente la angustia de la omnipresencia de la vigilancia y también lo que siente el protagonista hacia el objeto prohibido y su contenido. De todos modos la ciencia ficción no es lo mío.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Una historia de la lectura


Este es un libro que gustará a todos aquellos que sientan la lectura y los libros como algo más que una forma de pasar el tiempo. Con Una historia de la lectura se aprende mucho. Manguel (página muy interesante con relación de sus 100 lecturas favoritas) nos cuenta mil anécdotas relacionadas con el acto de leer, desde la lecturas en los lugares de trabajo, las lecturas por los propios autores de los textos, ladrones de libros, la aparición de la imprenta, la lectura como acto íntimo y en solitario, etc. De todos modos debo confesar que el libro me ha abrumado un poco, ya que la cantidad de datos y notas que se ofrecen al lector son infinitos. Manguel es un gran erudito, tiene una cultura tan amplia que es prácticamente imposible no sentirse perdido y bastante ignorante. Aun así merece la pena para conocer la evolución de la lectura.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Ja hem començat


De fet ja fa un temps que ha començat, llegim que arriba el llibre electrònic, amb diferents opinions sobre si farà desparèixer el llibre tradicional, sobre si conviuran els dos tipus, que les vendes de suport per llibres digitals no van malament, que a Europa anam enderrerits respecte als Estats Units, ... No sé si la tecnología acabarà definitivament amb els llibres i aquests serán objecte de coleccionistes, en un procés semblant al que va succeir amb les vinils i els CDs o si la convivencia digital-paper serà al 50 % , ja ho veurem. El que és ben segur és que el component sentimental que tenen els llibres en paper no el podré trovar en els llibres digitals. Sé que el format digital té els seus avantages, però m’encanta el llibre en paper i tot el ritual que per a mi comporta.
Aquí teniu un enllaç d’una escola als Estats Units que ja s’ha desfet de tots els seus llibres en paper buidant la seva bilioteca. A mi em fa pena. Si això és el futur em costarà pena: Biblioteca sense llibres

martes, 8 de septiembre de 2009

El ruido y la furia


Faulkner. Siempre he tenido el gusanillo de leer algo suyo desde hace más de 20 años, cuando un profesor de literatura a gritos en el aula decía: “¡Faulkner, Faulkner, el mejor, es el mejor!”. Creo que en ese momento no hubiese estado preparada para leerlo, y después siempre que rebuscaba en los estantes de las librerías y me topaba con una obra de Faulkner venían a mi cabeza aquellas palabras, hasta que hace poco me decidí a comprar un libro suyo, El ruido y la furia. Faulkner ganó el Nobel, el Pulitzer y el National Book, perteneció a la llamada Generación Perdida Americana, junto con Fitzgerald, Heminway, Dos Passos y Steinbeck. Cogí la novela sin ningún tipo de idea preconcebida y confieso que al principio me costó. El libro se estructura en monólogos interiores que avanzan y retroceden continuamente en el tiempo por lo que durante las primeras páginas anduve bastante perdida. Es la historia de cuatro hermanos en el agobiante sur de Estados Unidos del primer tercio del siglo XX, de una de esas típicas familias sureñas venidas a menos. La historia va desde la infancia a la madurez de los hermanos, describiendo como se van truncando todas esas vidas. No es precisamente un libro alegre, es duro, agobiante, descorazonador. No es un libro fácil y ni tan siquiera sé si repetiré, pero al menos después de tantos años ya he satisfecho al gusanillo y puedo decir que estoy contenta de haberlo hecho.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Ricard II


La notícia de la representació de Ricard II a Palma el mes de setembre em dugué a l’adquisició del text. I vaig trobar una molt bona edició de la Biblioteca Pompeu Fabra i Destino, amb traducció de Salvador Oliva. És un “llibret” fantàstic i en aquest cas no es tracta només del contingut sinó també del continent: uns 15 centímetres de llarg, de tapa dura i folrat amb tela i a més també conté els textos d’Enric IV i Enric V . El contingut és potent, dens, amb força, intrigues i traïcions a l’Anglaterra del segle XIV. Recomanable pels que els agradi Shakespeare i la Història. Esper amb delit gaudir de l’obra a l’escenari. Una petita mostra de les paraules del rei:
No sé dir sí ni no perquè ja no sóc res.
Més val no dir que no, si us la cedeixo.
Ara fixeu-vos en el meu despullament.
Em trec del cap aquest pes opressor
I, de la mà, aquest ceptre tan incòmode
i , del meu plor renta la meva unció sagrada,
les meves mans us donen la corona,
la meva boca abjura el meu càrrec sagrat,
el meu alè deslliga els juraments de lleialtat;
de fast i majestat, em quedo despullat;
mansions, rendes i guanys, tot ho cedeixo;
actes, decrets i estàtues, tot quedat revocat.
Que Déu perdoni els juraments que no se’m guarden
I que conservi intactes els que us fan a vós!
Com que ja no tinc res, feu que no res em deixi trist.
I que conservi intactes els que us fan a vós!
Com que ja no tinc res, feu que no res em deixi trist.
I a vós, que ho teniu tot, que tot us plagui.
Viviu molts d’anys assegut al meu tron
I que aviat jo pugui reposar sota terra.
Déu salvi Ec, clama l’exrei Ricard,
Desitjant-vos molts d’anys de dies clars!
Què més em queda?

jueves, 3 de septiembre de 2009

El palacio de la luna



Con motivo del 40 aniversario de la llegada del hombre a la luna e iniciando una serie de recomendaciones de lecturas para el verano se publicó una entrada en el blog Espai de llibres recomendando esta novela de P. Auster. he leído algunos de sus libros sin ningún orden cronológico y siempre me ha "dado rabia" que empezase muchas historias y algunas quedasen inconclusas. No es el caso de El palacio de la luna. Como es habitual en Auster hay historias dentro de la historia y un sinfín de coincidencias (sigo afirmando que me encantan) que las van ligando. No he podido dejar de leer hasta el final y eso que empecé leyendo y preguntándome a dónde me quería llevar el autor, un poco con desgana, con desinterés, pero a la vez sin dejar la lectura intrigada por saber cómo continuaba la historia de Marc Fogg y por qué alguien que había sorteado tantas dificultades se dejaba llevar por la desidia y la falta de ganas de luchar.

De la contraportada de El palacio de la luna:
Marco Stanley Fogg está a las puertas de la edad adulta cuando los astronautas ponen el pie en la luna. Hijo de padre desconocido, fue educado por el excéntrico tío Victor, que tocaba el clarinete en orquestas de mala muerte. En los albores de la era lunar, muerto su tío, Marco va cayendo progresivamente en la indigencia, la soledad y una suerte de tranquila locura de matices dostoievskianos, hasta que la bella Kitty Wu lo rescata. Marco empieza entonces a trabajar para un viejo pintor paralítico y escribe su biografía, que éste quiere legar a su hijo, al que no llegó a conocer. Tras un largo periplo que lo lleva hasta el Oeste y bajo el influjo de la omnipresente luna, Marco descubrirá los misterios de su origen y la identidad de su progenitor.