Libro prestado, o perdido o estropeado. Y eso es lo que me pasó con este libro. Lo presté y no recuerdo a quién, y nunca más lo recuperé. No sé qué me llevó a querer releerlo y de nuevo guiada por el azar objetivo encontré por internet un blog que en una de sus entradas hacía referencia al libro y por supuesto tuve que volvérmelo a comprar. Este es un clásico de los 50, de la llamada ciencia ficción distópica, es decir donde se describen sociedades opuestas a las utópicas. En un mundo donde todo está bajo control, recuerda un tanto a 1984 de Orwell, los bomberos no se dedican a apagar los fuegos, sino a quemar libros (Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel). La novela consigue transmitir perfectamente la angustia de la omnipresencia de la vigilancia y también lo que siente el protagonista hacia el objeto prohibido y su contenido. De todos modos la ciencia ficción no es lo mío.
2 comentarios:
Carai Aina, veig que estaves un poc despistada (em referesc a la forma). Millor que ho corregeixis:
"guidada"
"hallé en un blog pero además encontré por internet un blog"
"los bomberos se dedica"
Com que crec que ets bastant perfeccionista en el tema de la correcció a l'escriptura, esper que no et molesti aquesta "estirada d'orelles". Ja saps, deformació professional.
Que consti que això és l'excepció que no podia faltar, confirmatòria de la regla.
Això sí, he après una cosa nova: lo de la "distopía" (que tot i que no surt al diccionari, se veu que està bastant acceptada)
Una aferrada.
Gràcies!
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