miércoles, 24 de febrero de 2010

Bartleby, l'escrivent




Algunes referències al protagonista del llibre, trobades en crítiques i comentaris sobre altres llibres em dugueren a adquirir aquest exemplar. Es veu que Bartleby s’ha convertit en un tipus d’estereotip, de referent de l'home gris sense metes ni esperances. Es una novel·la breu de Herman Melville, també conegut sobretot per Moby Dick. En Bartleby entra a fer feina com a passant al despatx d’un advocat, però poc a poc s’enquista a l’oficina i a la vida del narrador (l’advocat). Un ésser incòmode pels qui el tenen al costat, apenes conversa, no menja, no es coneix res del seu passat, sembla no tenir vida personal, es nega a fer les tarees que se li encomanen, es nega a abandonar l’oficina quan se’l fa fora. Tot sense cap mena de violència, només amb una actitud passiva duita a l’extrem. Imaginau-vos que quan se us demana una cosa, ja sigui respectant les formes o sigui sense educació, us negau sense alterar-vos gens, simplement dient: “Preferiria no fer-ho”. Sigui el que sigui el que se us demani i recurrint a tots els arguments i justificacions possibles. Aquest és en Bartleby. Com solventarieu la situació? La veritat és que a mida que avançava en la lectura, només desitjava acabar-la, la incomoditat dels personatges que envoltaven Baterbly se’m va fer present. Si Melville volia traspasar la realitat de la novel•la a la meva, ho va aconseguir, al manco momentàniament.

sábado, 20 de febrero de 2010

En defensa de los ociosos



Brevísimo ensayo de Robert Louis Steveson, en el que el autor defiende el goce de la vida, el disfrute de la felicidad. No defiende el espíritu del no hacer nada, de los vagos, por entendernos, sino el dedicarnos a aquello que nos hace felices en lugar de producir al máximo sin ningún objetivo. Así Stevenson dice:
"Es admitido que la presencia de gente que rehusa entrar en la desventajada carrera por un puñado de peniques, es a la vez un insulto y un desaliento para aquellos que sí lo hacen."
"No hay deber que infravaloremos más que el deber de ser felices. Siendo felices vamos sembrando por el mundo anónimos beneficios que nos son desconocidos incluso a nosotros mismos y que, cuando eclosionan, a nadie sorprenden más que al benefactor."
En definitiva nos está invitando a ser felices y a disfrutar de las cosas sencillas.

martes, 16 de febrero de 2010

Brooklyn Follies



Paul Auster es un gran contador de historias. Si no fuera por la longitud de las novelas, podría sentarse facilmente frente a un auditorio y narrarlas. ¿Cuál es el argumento de Brooklyn Follies? Un hombre de unos sesenta años de edad, divorciado, peleado con su hija, se jubila y regresa a su Brooklyn natal. Esta es básicamente la historia. A partir de aquí no sucede nada extraordinario. O sí. Nathan, que así se llama el protagonista, un poco a la deriva y sin ver sentido a su vida, sin saber por qué, recupera las ganas de vivir, las ganas de amar, las ganas de luchar y el afecto de los que le rodean. No es la historia de un héroe, es la historia de un ser humano, de un señor cualquiera que podría vivir en el portal de al lado, al que el paso del tiempo le fue quitando todos sus sueños y que ahora, en el otoño de su vida, como él dice, sin aspirar a nada, sin exigir nada, le devuelve la alegría, sin que sea muy consciente de cómo ha sucedido, simplemente actuando como cree que lo debe hacer, sin prejuicios. los personajes son muy cercanos, podrían representar a gente que conocemos o incluso a nosotros mismos.

Se trata de una novela optimista. Las que siguen son palabras de Nathan: "Quiero hablar de felicidad y bienestar, de esos raros e inesperados momentos en que enmudece la voz interior y uno se siente en paz con el mundo".
No me importaría tener un pariente como él.

domingo, 14 de febrero de 2010

Aceptación

Hace unos días asistí a una charla sobre la inteligencia emocional. Lo cierto es que mi conocimiento del tema era prácticamente nulo y el del resto de la audiencia no iba mucho más lejos, por ello el conferenciante se vio obligado a poner a la audiencia en antecedentes, ya que en principio la charla debía ligar inteligencia emocional y autoestima. El tiempo se hizo corto y recibimos gran cantidad de información y conceptos para asimilar. De todos modos a mí personalmente me resultó muy provechosa. Primero se nos explicó lo que era la inteligencia, luego lo que era la emoción y finalmente se ligaron los dos conceptos en el de inteligencia emocional. Simplificando al máximo, lo que saqué en claro era que tener alta inteligencia emocional consistia en seguir tres pasos:
1.- Identificar la emoción
2.- Conocer su causa
3.- Controlarla
Aunque el tercer punto podría parecer un tanto extraño, restringir la emoción, se aplica sobre todo a las emociones negativas (ira, tristeza, vergüenza,...) y no para esconderlas, ni reprimirlas, sino para minimizar el efecto negativo que tienen sobre nosostros.
Unido a esto viene la idea de aceptación y conocimiento personal. Pero aceptación de uno mismo no como resignación sino como toma de conciencia de nuestro potencial, de las herramientas que tenemos, y conocernos y utilizar ese potencial es lo que nos hacer ser inteligentes emocionalmente.
Tras la charla me autoanalicé. En qué punto me encuentro. Creo soy capaz de identificar mis emociones y el origen de las mismas. Lo difícil es controlarlas. El aceptar mis puntos débiles simultáneamente al hecho de conocerlos me lleva a las puertas del control y la aceptación. Sé que Aineta soy, sé que Aineta no seré jamás, conozco mis posibilidades, creo. Ahora sólo me falta explotarlas para aceptarme al máximo y conseguir el equilibrio.

martes, 9 de febrero de 2010

Soledad

Ayer un amigo me dijo que durante una larga etapa de su vida había estado muy solo y a la vez se había sentido muy solo, pero que había sido un gran aprendizaje, que está bien hacer cosas solo.
Más tarde otro amigo me dijo que con el tiempo se daba cuenta de que había algunas cosas de las que sólo podía disfrutar en soledad. Y hoy he leído esta frase: "La marca más frecuente de nuestra condición es nuestra soledad". Partiendo de la diferencia entre estar solo y sentirse solo, tan acostumbrados a oír que el hombre es un ser social por naturaleza, pero también conscientes de que hay tanta gente que está sola, y lo que es peor, se siente sola, quiero reivindicar la soledad. No es malo hacer cosas solo, creo que desde la soledad es como se aprende a ser sociable, como se aprende a quererse a uno mismo para querer a los demás. Cuando estás a gusto contigo mismo no te importa hacer cosas sin compañía, incluso es necesario para disfrutar plenamente de algunas acciones, que estemos solos (pueden ser cualesquiera, la lectura, la música, practicar deporte o incluso ir de compras, depende de cada uno). Algunos le tienen pánico a la soledad o lo hemos tenido, pero mas bien es porque nos hemos sentido solos, que es algo distinto. Para mí sentirse solo es algo no elegido, algo duro, terriblemente triste y doloroso, pero estar solo por voluntad propia es todo lo contrario, sinónimo de bienestar y serenidad. Alguien podría decirme que es egoísta, pero no lo creo. Porque querer hacer cosas solo no excluye el querer compartir otras con una buena compañía.