lunes, 11 de abril de 2011



JoséCarlos Llop

352 páginas.


Un día hablando del libro una amiga comentó que ella lo tenía y que me lo dejaría. e daba pereza leerlo porque suponía que había un salto generacional entre el autor y yo y que lo que iba a encontrar con la lectura me quedaría un poco lejos cronológicamente hablando. Mi idea preconcebida era batallitas del escritor en Palma en su juventud. Y lo cierto es que no ha sido como pensaba. Si bien en parte podríamos resumir la obra así, aunque no con sentido peyorativo, y en una parte del libro me quedé atascada, la primera mitad y la parte final se leen muy rápido. Más importante que lo que escribe es lo que transmite. Llop es un gran observador (en teoría todo escritor debería serlo) y sabe muy bien que si las experiencias de uno hacen al individuo, también sabe que la ciudad que uno VIVE también es responsable en parte de cómo es uno, como lo podría ser la familia en la que nace. El libro está cargado de melancolía pero no una melancolía sentimental, no de morriña, no de cualquier tiempo pasado fue mejor, sino de recuerdos que justifican la evolución de la ciudad y de él mismo. Todo lo que ha vivido la ciudad y todo lo que ha vivido él en la ciudad, ya forman parte de la historia de ambos, de cómo han llegado a ser como son. Es posible sentirse identificado con muchas de las experiencias que relata, ya no solo por haber nacido en la misma ciudad, sino por la imprenta mediterránea. La ciudad está sumergida no solo porque la ciudad que fue ya no es, sino porque la ha interiorizado, como todos hemos interiorizado las ciudades que hemos vivido en profundidad.

2 comentarios:

Illa incognita dijo...

Bona crítica, Aineta (has fet que tengui ganes de llegir-lo) i guapo canvi, el del blog. M'agrada!

Anónimo dijo...

Canvi de look en el Bloc!

Imagino que al llibre les persones de Palma o bé aquelles que la coneguin bé, li poden treure més de suc.

Així i tot, jo tampoc em frenaria de llegir un llibre pel tema aquest del salt generacional.