lunes, 28 de diciembre de 2009

Teoría del huevo

Una amiga para describir a alguien reservado siempre utiliza la expresión "es más cerrado que un huevo".
A partir de aquí podríamos establecer una teoría de lo cerrados que somos. Nos cuesta abrirnos a los demás, está claro que hay grados de apertura y personas, algunas se abren más y más rápido que otras, pero creo, que en general, nos cuesta abrirnos, romper la cáscara. ¿Por qué? Básicamente se me ocurren dos motivos: creemos que lo que tenemos que contar no es interesante (error, dejemos que juzguen los otros, nos sorprenderíamos de lo interesante que para ellos resulta) o tememos convertirnos en seres vulnerables.
A mí me encanta romper cáscaras, algunos lo saben, mostrar los sentimientos a los demás es fantástico. No quiero decir que lo hagamos a toda hora y con todo el mundo, hay que elegir, no todos están preparados para aceptar la rotura y ver el interior del huevo, y hay que elegir bien. Está claro que a veces nos equivocamos, pero mi experiencia me ha dado más resultados positivos que negativos, romper la cáscara cuando tienes a la persona adecuada delante es terapéutico y gratificante. Protegemos la cáscara con una armadura, para que no se rompa ni nadie la rompa, pero tarde o temprano bajaremos la guardia y la cáscara se romperá o necesitaremos romperla nosotros. Mostremos nuestros sentimientos, demostremos que somos humanos, a veces pecamos de insensibles.

3 comentarios:

Illa incognita dijo...

Quan aconsegueixes rompre la càscara de l'ou, descobreixes que la teva pell i el teu cor són infinitament més resistents que ella.

Aineta dijo...

Correcte!

Glòria Font dijo...

El problema es cuando sientes tal necesidad de romper cáscaras, que pierdes criterio para saber elegir bien con quién ( lo digo por experiencia). Aunque gracias a Dios, a veces surgen personas que sólo con cogerte de la mano, o decirte unas palabras, sabes que te van a entender.