domingo, 30 de agosto de 2009

La elegancia del erizo




http://www.seix-barral.es/fichalibro.asp?libro=1009

Lo cierto es que había leído unas cuantas críticas poniendo al libro por las nubes, pero me daba pereza, no me llegaba a apetecer del todo comprármelo, y en una de esas casualidades que a mí tanto me gustan, una amiga a la que veo muy poco me habló de él y me lo recomendó. Antes de que ella me lo mencionase, yo ya lo tenía, me lo había regalado una gran lectora y debo decir que fue un magnífico regalo. Lo he devorado. No sólo es un libro que encierra muchos pensamientos, sino que genera muchos pensamientos. No he podido dejar de identificarte con los personajes principales, en mi caso sobre todo con la portera, el sentirse un bicho raro, incomprendido y a la vez intentar esconder esa rareza e intentar pasar desapercibido en un mundo de homogeneidad, despreciar la normalidad y simultáneamente ser normal o pasar por normal, no disonar. Y encontrar “camelias sobre el musgo”, almas gemelas que están en sintonía contigo y saber apreciar la felicidad en las cosas pequeñas, pedacitos de felicidad.

Extraído del texto: “Cuando deviene ritual, constituye la esencia de la aptitud para ver la grandeza en las cosas pequeñas. ¿Dónde se encuentra la belleza? ¿En las grandes cosas que, como las demás, están condenadas a morir, o bien en las pequeñas que, sin pretensiones, saben engastar en el instante una gema de infinitud? ”

“Y porque de las cosas de verdad buenas hay que abusar”

“…me digo que a fin de cuentas quizá sea eso la vida: mucha desesperación pero también algunos momentos de belleza donde el tiempo ya no es igual. Es como si las notas musicales hicieran una suerte de paréntesis en el tiempo, una suspensión, otro lugar aquí mismo, un siempre en el jamás.

Sí, eso es, un siempre en el jamás.”

De la contraportada: En el número 7 de la calle Grenelle, un inmueble burgués de París, nada es lo que parece. Dos de sus habitantes esconden un secreto. Renée, la portera, lleva mucho tiempo fingiendo ser una mujer común. Paloma tiene doce años y oculta una inteligencia extraordinaria. Ambas llevan una vida solitaria, mientras se esfuerzan por sobrevivir y vencer la desesperanza. La llegada de un hombre misterioso al edificio propiciará el encuentro de estas dos almas gemelas. Juntas, Renée y Paloma descubrirán la belleza de las pequeñas cosas. Invocarán la magia de los placeres efímeros e inventarán un mundo mejor. La elegancia del erizo es un pequeño tesoro que nos revela cómo alcanzar la felicidad gracias a la amistad, el amor y el arte.

2 comentarios:

Susana dijo...

Voy por la página 60. Lo empecé con muchas ganas y enseguida me he desilusionado. Esta noche le doy la última oportunidad. Tiene un punto que me irrita y me impide entrar en la historia. Creo que no soporto a la portera, precisamente por todas esas cosas por las que a ti te agrada. Me parece un personaje de mentira, cargado de falsa modestia, marisabidilla... bicho raro, si, quizás, pero todos somos un poco bichos raros de alguna manera, depende del contexto en el que nos movamos. ¿Y el diario da la niña superdotada? Creo que lo soporto menos aún. Bueno, debe ser que no estoy del humor necesario para afrontar esta novela. Voy a hacer un último intento a pesar de todo. Ya te contaré

Aineta dijo...

Entiendo que no te guste. No eres la primera que me lo dice. Sí, te doy la razón en que el personaje de la portera es un poco impostado, pero no me importa. Hay tanto impostado, tanto cliché en el lado contrario que no viene mal un poco de compensación. Además creo que hay mucho tapado por ahí.