La novela llegó a mis manos como regalo de Reyes. Es lo primero que he leído de Henry James, pese a que tengo otro título que desde hace años que espera en mi estantería de pendientes. Pero animada por quien me lo regaló, que ya lo había leído y le había entusiasmado, empecé éste. La historia de Isabel Archer, americana que viaja a Inglaterra acompañando a su tía, con ansias de conocer mundo y experimentar cosas nuevas. Mujer de personalidad atrayente para todos los que la rodean, recibe algunas proposiciones de matrimonio, pero se niega a encadenarse, porque ello cercenaría sus ansias de libertad y conocimiento. Pero no podrá escapar a los convencionalismos de la época, pese a que ya emite algunas señales de modernidad en su comportamiento.
Los personajes secundarios que rodean a la protagonista están muy bien definidos y me ha resultado fácil simpatizar con algunos o entender su comportamiento, tanto con los “malos” como Madame Merle, como con los “buenos”, como por ejemplo el encantador Ralph Touchett o la exasperante estadounidense Henrietta Stackpole. La protagonista me produce compasión, pero también ganas de gritarle ¡Venga, rompe con todo! Pese a que Henry James describe a la perfección sus pensamientos y su sentir, a veces cuesta desde la perpectiva del siglo XXI ponerse en el lugar de Isabel. Demasiado pura, ninguna fisura, al menos en apariencia, entregada y demasiado consecuente con sus actos. Y cuando crees que por fin se ha liberado… De todas formas la novela me ha gustado, me costó algo al principio, pero después no pude parar. La historia me ha recordado las películas de James Ivory y esa contraposición de estadounidenses y británicos, el deseo de culturizarse visitando Italia, el vivir sin prisas y sólo atendiendo a los compromisos sociales. (Supongo que si hubiese leído antes a Henry James las películas me hubiesen recordado las novelas.) También hay un paralelismo con la vida del autor, norteamericano que vivió muchos años en Inglaterra.
Los personajes secundarios que rodean a la protagonista están muy bien definidos y me ha resultado fácil simpatizar con algunos o entender su comportamiento, tanto con los “malos” como Madame Merle, como con los “buenos”, como por ejemplo el encantador Ralph Touchett o la exasperante estadounidense Henrietta Stackpole. La protagonista me produce compasión, pero también ganas de gritarle ¡Venga, rompe con todo! Pese a que Henry James describe a la perfección sus pensamientos y su sentir, a veces cuesta desde la perpectiva del siglo XXI ponerse en el lugar de Isabel. Demasiado pura, ninguna fisura, al menos en apariencia, entregada y demasiado consecuente con sus actos. Y cuando crees que por fin se ha liberado… De todas formas la novela me ha gustado, me costó algo al principio, pero después no pude parar. La historia me ha recordado las películas de James Ivory y esa contraposición de estadounidenses y británicos, el deseo de culturizarse visitando Italia, el vivir sin prisas y sólo atendiendo a los compromisos sociales. (Supongo que si hubiese leído antes a Henry James las películas me hubiesen recordado las novelas.) También hay un paralelismo con la vida del autor, norteamericano que vivió muchos años en Inglaterra.
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