martes, 31 de julio de 2012

Solo en Berlín


Solo en Berlín
Hans Fallada
552 páginas
Traducción de Rosa Pilar Blanco


Este libro fue publicado en 1947, al poco tiempo de terminar la Segunda Guerra Mundial. Hans Fallada, seudónimo de Rudolf Ditzen, nos cuenta a modo de novela unos hechos basados en una historia real: un matrimonio alemán decide acabar con el régimen nazi después de recibir la noticia de la muerte de su hijo en el frente. Ellos dos con la simple escritura de postales que llevan mensajes contra el Führer quieren provocar la fractura desde dentro.

No es la tradicional obra de supervivientes judíos que nos cuentan su calvario por ghettos o campos de concentración, sino la historia de dos personas normales, gente corriente, integradas dentro de la organización nazi, con pequeños cargos de responsabilidad, que en un momento abren los ojos y de no cuestionarse nada y agachar la cabeza, pasan a luchar en la medida de sus posibilidades, para acabar con la barbarie. Un muy interesante relato sobre la resistencia al nazismo desde el interior.

El autor escribió el libro en veinticuatro días, pero es un auténtico engranaje que revela a la perfección cómo funcionaba el sistema, un imbricado de espías, donde todos vigilan a todos, donde todos se delatan, donde todos tienen algo que esconder y donde cualquier acto o palabra pueden ser constitutivos de delito.

La historia pone la piel de gallina, personalmente me ha gustado la forma de exponer la injusticia con la que todos son tratados por el bien de Hitler y del Reich, las actuaciones están guiadas por el miedo más profundo o por el fanatismo, todos están solos delante de la muerte, y aunque sabemos cómo acabó la historia de verdad, no perdemos la esperanza de que David venza a Goliat. 

2 comentarios:

Tomàs dijo...

Totalment d'acord amb que les petites històries són molt importants i que les actituds de les persones individuals sumen. És una manera de "matar" el monstre des de dins.

No oblidem però que a Hitler el varen escollir a les urnes.

ainapol dijo...

Tomàs, és cert que va ser elegit democràticament, però també que hi va haver gent que no el va votar i gent que va saber reconèixer el seu error.